Tener un diagnóstico general, implica un tratamiento erróneo y por
consiguiente, el aumento de la dolencia del paciente.
Esto deteriora seriamente su calidad de vida, destruye a las
ATM, resiente la musculatora y destroza las mandíbulas, incluso afecta
seriamente a órganos y huesos
colindantes como el oído y la columna, nada más y nada menos...
En contadas ocasiones, llegan pacientes a mi consultorio, diciendo que intentaron resolverle el problema de las
ATM con una “panorámica” y la verdad, no
alcanza, con eso, apenas se empieza.
Para que el tratamiento brinde soluciones, se deben objetivar y valorar los resultados con diferentes
estudios y análisis, para luego diseñarle el tratamiento correcto.
A esto lo denominé: Estudio de Diagnóstico de las ATM.
En muchos casos sin análisis complementarios de
especificidad, las imágenes de la patología pueden
impedir y hasta obstaculizar el
tratamiento, porque lo que indican, no siempre es lo que parece.
No se debe olvidar que por algo se las llama "las impostoras".
A eso se agregan
cuadros psicosomáticos y sistémicos como ser los inflamatorios que suelen confundir.
Ocurre que los
mediadores infamatorios circulando en el torrente sanguíneo generan un cuadro de inflamación sistémica, que a su
vez provoca muchos síntomas dolorosos, tales como dolor muscular inespecífico,
cansancio, fatiga, etc.
Pero… son síntomas de
las ATM… ¿Cómo saberlo sin profundizar?
Por ej. algunos pacientes tienen alteraciones sistémicas y
entonces, resulta estéril tratar las DTM
aisladamente.
Son apenas dos casos comunes para entender por qué, el Estudio de Diagnóstico se torna indispensable.
Esto implica un análisis profundo, pormenorizado, individualizado, funcional e
integral.
permítame un Consejo:
Si Ud. quiere un tratamiento que le ayude a superar la
dolencia, exija un Estudio de Diagnóstico integral y funcional, sin el cual, cualquier tratamiento
será infructuoso y puede agravar mucho más su situación.
Recuerde esta sabia máxima
EN SALUD, LO BARATO LE PUEDE COSTAR LA VIDA.